Venecia aplicará multas a las valijas con rueditas

A partir del próximo mes de mayo, el gobierno de la ciudad de los canales comenzará a aplicar una multa de 500 euros a los turistas que circulen por las calles arrastrando valijas con rueditas.

La razón de esta curiosa norma nace de un intento por reducir la polución sonora en la ciudad. Entre sus argumentos, las autoridades destacan que los grupos de turistas que arrastran sus maletas por el pavimento a toda hora impiden a los vecinos dormir adecuadamente.

La multa no es aplicable a los venecianos, así que no sería extraño que en mayo apareciera en la ciudad un nuevo servicio de “empuja maletas” locales, que permitirían a los turistas librarse del cargo.

La curiosa regla fue llevada adelante por el comisionado Vittorio Zappalorto, al frente del gobierno local, luego de que en junio el alcalde Giorgio Orsini fuera arrestado en medio de un escándalo por hechos de corrupción, consigna Daily Mail.

Esta resolución se enmarca en una batería de medidas que la ciudad está tomando para minimizar el impacto producido por los 20 millones de turistas que llegan cada año. Meses atrás, el gobierno local lanzó una campaña exhortando a los viajeros a no colocar candados en los puentes sobre los canales, recordando que las viejas estructuras no pueden soportar tanto peso extra.

La solicitud no parece haber tenido demasiado efecto, ya que durante el pasado verano boreal los funcionarios municipales debieron quitar cerca de 20.000 “cerrojos de amor”, sólo en los puentes de Rialto y Accademia.

Asimismo, se impusieron férreos controles sobre el tráfico acuático. Desde ahora, los gondoleros deben llevar GPS, someterse a tests de alcoholemia y consumo de drogas y llevar la matrícula de su embarcación a la vista. También se tomaron medidas contra los repartidores, que en Venecia no van en ruidosas motos sino en ruidosas lanchas, limitando su actividad en ciertos horarios.

En un reciente comunicado, el ayuntamiento local manifestó su inquietud por “los numerosos y preocupantes signos de deterioro en pavimentos y puentes que habían resistido incólumes hasta ahora el paso de los siglos”.

En cuanto a las maletas en cuestión, la norma incluye una curiosa vuelta de tuerca, digna de la pluma de los mejores o peores burócratas. En el texto se deja claro que la prohibición pesa sobre las pequeñas y ruidosas ruedas de plástico y goma que suelen tener las maletas, pero no afectaría a aquellas valijas que estuvieran dotadas de ruedas inflables y silenciosas como las de las bicicletas.

Sin embargo, el presidente del Ayuntamiento, Maurizio Dorigo, admitió que tal excepción podría resultar del todo inútil. “Hasta donde yo sé, no existen maletas así”, dijo.

“Esperemos que los fabricantes comiencen a producir maletas con ruedas inflables. Tenemos tiempo hasta el próximo mes de mayo, y seguro que para entonces alguien ya habrá sido capaz de diseñarlas y ponerlas a la venta”, vaticinó.