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Entrevistas

Una visión particular

Con Pablo Brum, autor de “Patria para nadie”

Hablamos con Pablo Brum, uruguayo radicado en EE. UU. y autor de un libro sobre la historia del MLN muy distinto a los escritos hasta la fecha.

01.07.2015 04:17

Lectura: 9'

2015-07-01T04:17:00-03:00
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Por Gerardo Carrasco
  gcarrasco@m.uy

A mediados de los años 60, cuando los cimientos que sostendrían al futuro MLN comenzaban a asentarse, Pablo Brum no era ni siquiera un proyecto. Nacido en los años 80, no fue testigo de las acciones tupamaras ni de la reacción a estas desde el poder. Sin embargo, es autor del libro más completo y organizado de cuantos se han publicado sobre el tema hasta la fecha.

El germen de la obra nació en Washington, más concretamente en la Universidad de Georgetown, donde Brum cursaba una especialización sobre Inteligencia, Terrorismo Internacional, Ciberterrorismo e Insurgencia.

"Siendo yo el estudiante uruguayo, tenía sentido que mi tesis tratara sobre los Tupamaros", explica Brum desde Estados Unidos, en diálogo telefónico con Montevideo Portal.

Tras cumplir su cometido académico, el extenso trabajo de graduación fue adaptado para convertirse en un material más "digerible" por el público en general. Así nació la primera edición, que fue en inglés y bajo el título The Robin Hood Guerrillas. Hasta la aparición de ese volumen "no había mucho material en inglés" sobre el tema, recuerda el joven autor.

Dado el género de sus estudios, resultó natural que la investigación de Brum resultara particularmente enfática "en describir al detalle las acciones militares del MLN". Asimismo, "por su origen académico, el libro también es muy riguroso con el manejo de las fuentes". De hecho, el apéndice de referencias recoge casi seiscientas entradas de los más diversos orígenes. "Todos los hechos que se quieran contrastar, cualquier posible polémica, están citados en fuentes específicas, y a menudo bastante conocidas", expresa el autor. "No ignoré ninguna fuente, no consideré que hubiera algo indigno de incluir. Las opiniones de todos los actores del conflicto están vertidas en el libro".

Para reunir el material que se convertiría en su tesis, Brum abrevó en todos los arroyos: leyó todos los libros publicados sobre el tema, entrevistó a importantes protagonistas de todos los bandos  —Julio María Sanguinetti, Efraín Rodríguez Platero y el ahora fallecido comisario Alejandro Otero, por ejemplo— y se valió también de un copioso caudal de documentos, entre los que destacan los despachos diplomáticos intercambiados entre la embajada estadounidense en Uruguay y el Gobierno de Washington.

Los reportes de la embajada de EE. UU. "fueron muy útiles, porque más allá del fin para el que usaran esa información, cuando los diplomáticos estadounidenses se comunicaban con Washington transmitían información muy fidedigna de lo que pasaba, el clima social, lo que publicaba la prensa, etc". Y en rigor, a mediados de los sesenta, les preocupaba más el accionar del Partido Comunista del Uruguay que el de los nacientes Tupamaros.

Maestros de la guerrilla urbana

El compromiso de Brum fue plasmar "una historia completa de la guerrilla tupamara o MLN", tema sobre el que ya se han publicado numerosos trabajos, aunque de manera fragmentaria. "Si un lector quiere conocer realmente qué pasó durante todo el período, tiene que leer docenas de libros, porque los hay sobre incidentes o personajes puntuales", y no una obra que los reúna a todos. "El vacío que viene a llenar mi libro es ese, el del lector que quiere leer la historia completa en un libro", explica.

En su análisis, Brum sitúa a los Tupamaros en un punto histórico particular, en el ocaso de los movimientos independentistas contra el poder colonial —como el caso de Argelia desde 1952— y en el inicio de los grupos de acción revolucionaria antimperialista.

Desde el punto de vista de su especialidad en terrorismo e insurgencia, Brum explica que los Tupamaros "fueron un grupo de mayor influencia internacional que lo que suele creerse", e incluso señala que muchas de las acciones que lleva cabo hoy Anonymous en el mundo virtual, participan del concepto de "propaganda armada" acuñado por el MLN, "por más que probablemente quienes están detrás de Anonymous no sean conscientes de eso, y quizá ni siquiera sepan quiénes fueron los Tupamaros".

Además, recuerda que varios grupos terroristas o guerrilleros surgidos en los años 70 reconocieron de manera explícita su inspiración tupamara. De hecho, una agrupación alemana nacida en esa época dio en llamarse "West Berlín Tupamaros".

"Todos esos grupos cayeron rápidamente en el olvido", explica el experto, situación que deja a los Tupamaros como el único grupo en el mundo en llevar adelante de manera exitosa —al menos durante cierto tiempo— una guerrilla urbana.

De la simpatía al cacao

La mencionada "propaganda armada", resulta así uno de los elementos más interesantes en la historia del MLN y del Uruguay de la época. Los golpes al "estilo Robin Hood", fueron un aporte original y perenne de los Tupamaros a la historia de la insurgencia. "Ese simbolismo, esa teatralidad permanente, sobreviven en la actividad política de Mujica, Topolansky y otros tupamaros", refiere.

El robo a la financiera Monty es un ejemplo quizá paradigmático de estos procedimientos: la sustracción incruenta de dinero de una acaudalada firma de especulación en valores, y la posterior divulgación de documentación que ponía en evidencia los negocios sucios de la empresa.

En cuanto al accionar tupamaro, en el libro "hay algunos elementos originales que no están en otros textos", puntualiza el autor, señalando como ejemplo de ello "la identificación de las campañas insurgentes de los Tupamaros" ya que el grupo "no siempre se manejó de la misma manera".

En ese sentido, señala el cambio operativo que significó la implementación del denominado "Plan Cacao", cuando una nueva cúpula del MLN, surgida de manera forzosa luego del arresto de los líderes fundacionales, aumentó la apuesta y abandonó las prácticas "super simpáticas" de la propaganda armada para comenzar a llevar a cabo secuestros y atentados con explosivos.

Otra de las características de la obra de Pablo Brum —que pese a ser un texto vasto y riguroso se lee casi como una novela— es el detalle acerca del quién y el dónde. "Generalmente, el público conoce por un lado una serie de acciones notorias del MLN, y por otro los nombres de varios tupamaros famosos. Pero suele faltar el enlace entre lugares y personajes, qué tupamaro realizó cuál acción, dónde estaba cada uno en los momentos clave", expresa.

La memoria está llena de olvido

Durante las investigaciones realizadas para la redacción de su libro, resultó sorpresivo para el autor que muchas personas que vivieron en la época de la que se ocupa su trabajo tuvieran un desconocimiento tan grande "aun de los hechos más básicos", así como toparse con "una cantidad de información que circula y es dada por buena sin discusión, pese a la carencia de documentos" u otras evidencias que la convaliden.

En ese sentido recuerda el caso del estadounidense Dan Mitrione, agente del FBI oficialmente enviado a Uruguay en 1969 para trabajar en la Agencia para el Desarrollo Internacional, para asesorar y apoyar a la seguridad pública.

Las versiones que lo señalan como un despiadado instructor de tortura son numerosas, "pero hay libros que dicen que le metía espinas debajo de las uñas a la gente, sin contar con ninguna documentación o evidencia sólida al respecto", indica Brum.

En su investigación, el autor pone también la lupa sobre aspectos "olvidados" de la historia del MLN, como su complejo y eficaz sistema de finanzas, y los personajes que fueron deliberadamente suprimidos de la epopeya tupamara. Entre ellos, el ejemplo más notorio es el de Amodio Pérez, quien fuera uno de los principales y más activos dirigentes, luego vilipendiado y sentenciado por sus tratos con el enemigo.

"Podés tener tu opinión acerca de Amodio, podes odiarlo por traidor, pero no negar su importancia, o borrarlo de la historia, como ocurrió".

Parecida suerte han corrido en la historia reciente las numerosas e importantes mujeres tupamaras, con la posible excepción de Yessi Macchi, sobre quien ya se ha escrito en anteriores ocasiones. En su libro, Brum analiza la información existente y sitúa a estas mujeres en el lugar y las acciones correspondientes.

Proyección al presente

"Si se lee un diario de la época y uno de hoy, los apellidos que dominan los titulares son los mismos", señala con pesar el autor.

"Los hijos de muchos políticos de los sesenta y setenta, con apellidos como Bordaberry, Abdala, Hierro, Ferreira, Gallinal, Pacheco, Heber y otros, han gozado de carreras políticas aceleradas, desde los noventa", enumera Brum. Este paisaje de "dinastías" no es privativo de los partidos tradicionales, señalando el autor como ejemplos dentro del Frente Amplio los casos de Sendic y Arismendi.

"En las últimas elecciones, las fórmulas presidenciales de los tres partidos más votados incluían a hijos de personalidades políticas activas en los años previos a la dictadura", recuerda.

En cuanto al importante rol político de los Tupamaros en los últimos años, y su llegada nada menos que a la presidencia, Brum considera que "el impactante retorno de Mujica y los demás tupamaros, con su apoteosis en un Gobierno electo, muestra que en Uruguay sus pecados han sido perdonados, y que sus intenciones originales han sido reconocidas o al menos aceptadas".

Analizando su historia, se constata que "su notable apuesta por altos ideales y principios se volvió una historia trágica a medida que los violaron uno por uno. Rara vez se encuentra un cierre más triste para el espíritu de los años sesenta", considera en su libro.

Hijos y artificies de su propio tiempo, los integrantes del MLN han sido deificados y demonizados infinitas veces, pero sólo la lectura de su historia, inserta dentro de la del país, la región y el mundo, puede aportar una comprensión alejada de maniqueísmos.

Y a la hora de referirse al Uruguay donde eclosionaron los Tupamaros, Brum prefiere no hablar de culpables o inocentes. "En realidad, tengo una baja opinión de la sociedad uruguaya de esa época", sostiene.

"Bordaberry no cayó desde el cielo en un ovni a disolver el Parlamento. Las cosas ocurrieron de la forma en que ocurrieron porque los Tupamaros, los políticos, los empresarios, los sindicatos, la policía, los militares, todos los actores sociales, hicieron las cosas bastante mal", reflexiona.

"Finalmente no hubo patria para nadie, porque los únicos beneficiados por el golpe de Estado fueron un puñado de ignotos oficiales y políticos afines, que en realidad no tenían ninguna representatividad", señala.

"A medida que se acerca el final del período de los tupamaros como actores dominantes, sigue siendo una pregunta abierta qué aspectos de su largo recorrido tendrán valor, más que simple significado histórico", concluye.


Por Gerardo Carrasco
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