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La guerra sin fin

29.Abr.2016

Serán las seis y media de la mañana, llueve y hace mucho frío. Tenemos 40 minutos para desayunar y estar listos para dirigirnos a una de las fronteras más particulares del mundo. A eso de las 7 y 10 nos pasan a buscar y vamos rumbo a la Zona Desmilitarizada de Corea (ZDC).

El movimiento del ómnibus junto al cansancio y la calefacción hacen que nos salteemos todo el paseo de ida. Nos despertamos cuando un soldado surcoreano nos toca y pide el pasaporte: estamos por ingresar al territorio fronterizo. Chequea nuestros pasaportes, compara nuestras caras con las de las fotos y nos da el "OK".

A pesar de estar a tan sólo 50 kilómetros, llegar al primer destino nos tomó dos horas. Bajamos del bus y entramos al Museo "Hall de Exhibición". La idea del museo es entender lo que pasó durante la guerra, cómo terminó con una frontera como la actual y estimular a pensar en lo que se viene.

La ZDC es la frontera entre Corea del Sur y Corea del Norte y lo que la hace tan particular es que en lugar de ser una frontera de tierra como la que tiene Uruguay con Brasil, los países no acordaron la división definitiva de sus territorios, ni siquiera firmaron un tratado de paz. Técnicamente todavía no terminaron del todo la guerra.

La cosa es así: de 1910 a 1945 el Imperio Japonés dominó a Corea. Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial y la rendición japonesa, el país se dividió en dos: del paralelo 38 hacia el norte fueron dominados por las tropas soviéticas (URSS) y hacia el sur los mandoneó Estados Unidos.

Tras varios años de tensión y el fracaso de las elecciones de 1948 que buscaban consolidar un gobierno nacional, el norte declaró su gobierno comunista de manera oficial y dividió definitivamente al país.
Sin embargo, la guerra de las Coreas no comenzó hasta que el 25 de junio de 1950 Corea del Norte invadió a su vecino del Sur.

A partir de ese momento y por la inminente victoria de los norteños, tanto Estados Unidos como la ONU intervinieron y contrarrestaron el ataque. Cuando la guerra se inclinó para el otro lado, China y la URSS apoyaron a Corea del Norte y el conflicto se hizo tremendamente sangriento.

Por eso, en 1953, con la muerte de casi tres millones de personas y un millón y medio de heridos, ambas coreas (a través de las naciones que los apoyaron) firmaron un cese al fuego que hasta el día de hoy se mantiene. Es decir, la guerra nunca terminó, solo se llegó a un acuerdo por el cual ambas partes dejaron de dispararse y se comprometieron a mantenerse en calma.

Luego de recorrer el museo y entender qué es la ZDC nos fuimos a recorrer el Tercer Túnel de Agresión. Desde 1974 hasta la fecha Corea del Sur desmanteló cuatro túneles que atraviesan la frontera por debajo de la tierra. El objetivo de los mismos, si bien no es oficial, es permitir a los del norte volver a conquistar el sur. El último túnel fue descubierto en 1990.

El que se puede visitar mide más o menos dos metros de alto por dos de ancho y está 73 metros bajo el nivel de tierra. La extensión es menor a los dos kilómetros y a través de él, se calcula que podrían haber pasado hasta 30.000 soldados con equipamiento militar liviano. Si bien fue interceptado apenas cruza la frontera, la distancia entre Seúl y el túnel es de solo 44 kilómetros, por lo que la tensión es constante y las razones para seguir atentos son suficientes.

Tras visitar el museo y el túnel llegamos a la frontera. Si bien no pudimos acercarnos al lugar en donde soldados surcoreanos se paran mirando hacia Corea del Norte a unos metros de los soldados del país vecino, llegamos a 150 metros de ese punto. Desde donde estábamos pudimos ver ambas banderas enfrentadas y las primeras zonas pobladas de Corea del Norte.

La frontera puede ser visitada pero eso no significa que sea un lugar totalmente seguro. Si bien no hubo incidentes con turistas, cada varios años hay problemas e incluso disparos de un lado al otro.

Por otra parte, los 4 kilómetros de ancho por 250 de largo que componen la ZDC son una reserva natural como pocas en el mundo. Al prohibirse el tránsito de personas y vehículos se protegió una parte de la tierra que se transformó en un paraíso ecológico que es muy llamativo.

Antes de volver a la ciudad hay una parada en la estación de trenes Dorasan, que se encuentra a unos metros de la frontera y es la que conectará a las coreas el día en que ambos países firmen un tratado de paz. Una vez que esto suceda, será posible llegar desde Corea del Sur hasta Portugal en tren, cruzando absolutamente todo Asia y Europa, conectándose con el Transiberiano.