Contenido creado por José Luis Calvete
Selección
El proceso libre

Entrevista con Tabárez: segunda parte

“Creo que pudimos hacer un camino y darle una dimensión nueva a la palabra proceso, porque muchas veces se la vinculaba a las dictaduras militares. Ahora se entiende por otra cosa”, dijo Tabárez en la segunda parte de su entrevista, y habló de políticas deportivas y de su experiencia en Congresos de Intendentes.

23.04.2014 10:28

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2014-04-23T10:28:00-03:00
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En la segunda parte de la entrevista con Óscar Washington Tabárez, en la que también participaron medios televisivos (VER LA PRIMERA), repasamos las respuestas del entrenador de la Celeste respecto al proceso de selecciones nacionales que encabeza desde 2006, su significado para el país y para su propia carrera, y cómo puede marcar un camino incluso a la hora de pensar en políticas deportivas.

Cuando se le preguntó si este proceso es “lo más importante de su carrera”, el maestro dijo creer que sí, aunque aclarando que “sería muy injusto comparar lo que hice acá con lo que hice cuando tenía menos nivel de experiencia y estaba empezando. Había más lugar para experimentar y nunca me había tocado, ni siquiera en Peñarol -aunque fue en mi país-, estar dentro de un proceso de trabajo tan amplio que fuera considerando plazos muy mediatos, como la formación de juveniles para selecciones que uno no sabía si las iba a dirigir”.

Pese a que hubo movimientos importantes en la AUF, como el del último mes u otro de 2007, apenas un año después de iniciada la segunda era de Tabárez al frente de la selección, el entrenador valoró haber “tenido la suerte de poder continuar mientras estas cosas se fueron dando y sobre todo que algunos futbolistas que se incorporaron desde el 2006 al proceso de juveniles llegaron a la selección mayor. Hay otros que han estado llegando últimamente y otros que están ahí y que creo que después de este Mundial, cuando ya sea muy evidente que algunos jugadores no podrán jugar otro Mundial por razones de edad, será el momento de darles cabida para experimentar con ellos y darles oportunidades. Desde ese punto de vista, nunca había participado de cosas en las que además uno estuviera tan involucrado hasta afectivamente, porque es el fútbol de mi país y yo creo que todavía tiene muchísimas cosas para mejorar, no sólo a nivel interno sino también de selección.

Proceso: una nueva dimensión de la palabra

“Creo que pudimos hacer un camino y darle una dimensión nueva a la palabra proceso, porque muchas veces se la vinculaba a las dictaduras militares. Ahora acá ‘proceso’ se entiende por otra cosa. Un proceso es lo que el diccionario dice que significa la palabra; es una actividad a largo plazo que tiene objetivos y en la que cada suceso se va apoyando en los anteriores y sirviendo de base para otros futuros. Los logros se van sumando y apoyando los unos en los otros. Más o menos esa es la idea que yo tengo de lo que es un proceso de trabajo, y dadas las condicionantes que tenemos, creo que necesitamos de procesos de trabajo, porque de lo contrario será muy difícil codearse con los primeros del ranking FIFA. Esto sale de resultados de los partidos, y esos resultados salen de las preparaciones y de tener claro qué es lo que hacemos y de parecernos, dentro de nuestra modestia, a lo que hacen otros países más poderosos y con mayores niveles de organización y poderío económico que el nuestro, pero en cuanto a la esencia procuran lo mismo”, añadió Tabárez.

“Práctica masiva del fútbol tenemos. Gracias a no sé qué, pero tenemos al tan criticado baby fútbol, que permite que una enorme cantidad de niños jueguen, se diviertan y vayan entrenando sus destrezas básicas. Es mejorable, como todo, pero hay países que quisieran tenerlo y no lo tienen, y vienen a preguntar cómo lo hacemos. A partir de esas realidades, que a nosotros se nos dan desde que los jugadores son niños, ya vamos viendo los que se destacan. Luego llegan los procesos de trabajo, divisiones juveniles de los clubes, selección nacional, descubrimiento de los talentos y los que se destacan al parecer de los entrenadores, y después a través del aprovechamiento o no de las oportunidades, de la evolución que tengan y el apoyo que se les dé, se ve su acceso a niveles de exigencia superiores como puede ser una selección nacional. Eso lo hacen en todos lados”, indicó el DT uruguayo.

El “tan criticado” baby fútbol

“Acá en el baby fútbol si le pegás de punta te aplauden todos, y en España a los 11 años Iniesta jugaba en césped sintético y a dos toques”, dijo Lugano antes de la Copa de las Confederaciones al ser consultado por un medio español respecto al estilo de Uruguay, por lo que aseguró que la Celeste nunca podría jugar como España. Cuando se le preguntó a Tabárez qué tanto puede cambiar el fútbol infantil considerando que es parte de una idiosincrasia, relativizó aquellos dichos y pidió “no generalizar”.

“Si tuviéramos esa idiosincrasia no estaríamos quintos en el ranking de la FIFA. Algún partido ganamos. Algún buen jugador tenemos. ¿O Suárez es extraterrestre? ¡Es uruguayo! Ojo con las generalizaciones equivocadas. Yo dije que la realidad del baby fútbol es mejorable, pero no por eso podemos decir que no sirve para nada o que el producto -entre comillas, porque los futbolistas son seres humanos- que llega acá (al Complejo Celeste) no está bien formado. Pero ¿por qué no podemos mejorar en ese aspecto? ¿Por qué no podemos hacer procesos de trabajo a nivel de los clubes? Que alguien venga y me diga por qué no se puede”. Dijo.

“Yo sé que pasa por cosas que no son fáciles de lograr, pero así como nos miramos en espejos de otros lugares, porque nadie inventa nada, es todo tratar de observar realidades y ver, dentro de las bondades de esas realidades, qué posibilidades hay de concretarlas en nuestro medio. De eso se trata. Ahora, cuando estamos en un medio con opiniones tan diferentes… Conviven muchas cosas acá, como dirigentes que dicen que las divisiones juveniles son un cáncer y otros cuyos clubes tienen actuaciones internacionales con no sé cuántos jugadores de su cantera. Tiene que llegar un momento en que no sólo discutamos en conversaciones bizantinas que no llegan a nada, sino que se transformen en realidades”, reclamó el maestro.

Las políticas deportivas

Pensando en soluciones, sostuvo que “a mí no se me ocurre ninguna otra cosa que las políticas deportivas, en las que se establecen cuáles son los objetivos y las cosas que queremos lograr y se hacen cosas en función de eso. Esas cosas también pasan por aspectos organizativos y económicos. Pero si decimos ‘¿cómo voy a hacer inversiones si en mi club no tengo para pagarle el sueldo a mis jugadores?’, bueno, ahí volvemos a las discusiones bizantinas que a veces llenan los medios. Para la realidad del fútbol es importante que se hable de esas cosas, pero en cuanto a cosas concretas que permitan avanzar en ciertos aspectos en ese sentido, a nivel del medio interno, yo no las veo. A nivel de la selección lo hemos logrado porque hemos tenido mucho apoyo para esta actividad bastante concreta de las selecciones nacionales, pero cada tanto vienen críticas como que tenemos una selección de primer mundo y un fútbol de tercer mundo. ¿Qué significa eso? Nada. Pensamiento negativo”.

“En base a esas realidades podríamos tratar de mejorar aquellos puntos en los que no estamos tan bien, sin destruir aquellos que son parte del diagnóstico y que están bien, como la cultura deportiva que hay en este país, que los niños jueguen al fútbol, que la pasión del fútbol se transmita de generación en generación, y que permanentemente haya cosas que fuera de nuestro país generen que digan que somos un milagro, pero son producto de esta realidad. Que puedan ser en mayor cantidad, como por ejemplo que haya más Suárez y más Cavanis, no es fácil por la poca población que tenemos, pero sí en cuanto a evitar que muchos proyectos de buenos futbolistas se terminen porque no haya una organización que respalde su crecimiento”, explicó.

“Que esto ha tomado una dimensión y un reconocimiento desde el exterior lo sabemos, y muchas veces es más evidente afuera que acá adentro. Eso lo vemos cuando vamos a jugar las fechas FIFA y se establecen conversaciones con gente del entorno, no notas periodísticas, pero sí con entrenadores y gente del fútbol que han reconocido esto. La primera reacción que me genera es que se puede. Si se hizo es porque se puede, no porque seamos unos fenómenos únicos y que dependa de que uno nazca iluminado. Sí porque se han hecho ciertas cosas y los futbolistas que han estado en la selección han dado la talla, porque los partidos son cosas de futbolistas. Se han conseguido los resultados que nos han puesto en esa consideración. No es nada nuevo y siempre agradezco cuando se elogia a la selección, pero procuramos que no nos disturbe mucho, en el sentido de quedarnos con eso. Debemos saber que vengan elogios o críticas, como nos pasó en algún momento por los resultados, que eran críticas lógicas, tenemos que seguir apostando a buscar lo que queremos”, añadió el seleccionador uruguayo.

Proyectos en el interior y su participación en Congresos de Intendentes

“Tratamos de hacer un proyecto que no implicara grandes inversiones a la AUF, porque si no sería como darme contra las paredes. Si con todos los problemas económicos que hay y que explotan a cada rato, y que a veces toman forma dando lugar a sucesos como que cambien las autoridades a dos meses de un Mundial, todo por problemas económicos, no podemos sumar otro problema económico. Propusimos hacerlo a través de las intendencias y se ha hecho en algunas. En Maldonado no sólo lo han hecho, sino que ahora además la Intendencia se ha independizado de todo lo que significa organización y eso lo hace la propia gente del fútbol. Lo mismo que criticaban que no se podía hacer ahora están convencidos y lo hacen, pero no sólo en un departamento. En Flores también, pero con otro nivel, no desde el punto de vista valorativo, sino que tienen realidades diferentes. Igual se apuesta mucho al deporte, y desde mucho antes que apareciera el proceso de selecciones nuestro. El deporte y la evolución que han tenido en la Intendencia de Flores han sido indisolubles”, explicó Tabárez.

A la hora de dar más ejemplos, recordó que “a nosotros nos ha tocado ir a reuniones con directores de deporte y a Congresos de Intendentes. Presentamos el proyecto y uno de los intendentes propuso que el proyecto fuera parte del Congreso de Intendentes y que lo hicieran en todos los departamentos. Ahí aparecieron algunos intendentes que dijeron ‘yo no puedo porque tengo un velódromo’ o ‘aportamos a la selección del departamento y a otros deportes’, entonces es una inversión enorme, pero no hay líneas gruesas de acción ni nada concretamente respecto al fútbol. Creo que eso, al nivel que queremos nosotros, que viene a ser -salvando las distancias- prorrogar un poco la realidad del baby fútbol a los 13 o 14 años para evitar el agujero negro que se produce después de los 12, sería algo que excede las posibilidades actuales de la AUF y la realidad de sus clubes. Creo que se podría hacer a otro nivel, desde una política de estado, pero choca con otras urgencias y otras cosas importantes que hay”.

“El deporte tiene muchos puntos de vinculación con los dos aspectos más importantes para medir el desarrollo de un país -no la riqueza, sino la utilización de la riqueza para el bienestar de la población-, que son la salud y la educación. El deporte tiene vínculos con las dos y no es descabellado pensar en que sea una cosa que les interese mucho, como ocurre en los países desarrollados, a los propios estados, por el desarrollo de su población y del país, pero nosotros no estamos en esos grados de evolución, más allá de que desde el punto de vista económico estamos generando riquezas. Esas riquezas nos tienen que hacer pensar cómo hacemos para distribuirlas y que se pueda verter para la formación de nuevas generaciones, y el deporte en eso creo que debería ocupar un lugar”, indicó.

Montevideo Portal l José Calvete