Contenido creado por Jorge Luis Costigliolo
Internacionales

Polícia para quem precisa

Enterraron a joven brasileño muerto por un disparo de la policía

Con consignas contra la policía y el Mundial de Fútbol, una manifestación acompañó los restos del joven brasileño muerto por un disparo de la policía.

24.04.2014 18:21

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2014-04-24T18:21:00-03:00
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La procesión de manifestantes invadió la avenida y marchó hasta el cementerio, no hubo rezos y sí muchas consignas: "¡asesinos!", gritaban los manifestantes a la policía, a la que culpan del homicidio de un joven bailarín en una favela de Copacabana.

Douglas Rafael da Silva Pereira (25 años) o DG, como lo conocían en el barrio, murió el martes de noche, presuntamente tras recibir un disparo de la policía en la favela Pavao-Pavaozinho, ubicada en la zona más turística de Rio de Janeiro.

Será precisamente en la playa de este barrio donde cientos de miles de personas se congregarán para ver los juegos del Mundial-2014 (12 de junio - 13 julio) en el llamado Fan Fest de la FIFA, un evento sin costo organizado para reunir a los fanáticos del fútbol sin entradas para los estadios.

La marcha, que congregó a unas 100 personas, comenzó pacíficamente, pero al regresar del cementerio se registró un breve enfrentamiento con la policía, que lanzó bombas de gas lacrimógeno y de ruido, informó el canal Globo News.

El tránsito de Copacabana era caótico y los comercios cerraron desde temprano sus rejas para evitar quedar atrapados en un campo de batalla similar al del martes de noche, cuando decenas de jóvenes fueron confrontados con disparos de armas de fuego y gases por las fuerzas del orden. Un joven de 27 años murió en la protesta.

"¡Justicia!", ¡Policía asesina!", "¡No habrá Copa!", lanzaban los manifestantes mientras marchaban al cementerio.

"¿Seguridad para la Copa? Todo es una farsa", lanzó un joven músico amigo de DG que se identificó como ME BOOM y encabezaba la movilización.

"Me dan asco"

La marcha salió de la favela hasta el cementerio de Botafogo, a unos 5 km. Fue escoltada por policías fuertemente armados, lo que fue condenado por Maria de Fátima Silva, la madre del joven asesinado.

"¿Mataron a mi hijo y vienen [a su entierro]? Me dan asco, repulsión", gritó Silva.

La violencia en una de las zonas más ricas y turísticas de la ciudad despierta dudas sobre la capacidad de las autoridades de garantizar la seguridad de miles de personas que visitarán Rio durante la Copa del Mundo.

Pero también sobre el éxito de la estrategia de "pacificación" de favelas impulsada por el gobierno, han señalado expertos.

"Quiero agradecerles por este grito de socorro, gracias por no dejar que se convierta en un nuevo Amarildo", expresó la madre del bailarín asesinado a la multitud, en referencia al caso de un albañil que fue torturado por la policía hasta morir en la gigantesca favela de Rocinha, ubicada en otro barrio rico de la ciudad, el año pasado.

Población enemiga

Hace poco más de un mes, otro escándalo que involucra a la policía conmocionó a la opinión pública.

Claudia da Silva Ferreira, una habitante de una favela de Rio, de 38 años, fue herida de bala por la policía, que inexplicablemente la colocó en la maleta del automóvil para trasladarla al hospital. La maleta se abrió en el trayecto, y parte de su cuerpo fue arrastrado. La víctima murió antes de llegar al hospital.

"La autoridad pública ha decidido hacer una Copa del Mundo con la sangre del pueblo, del pobre, del favelado", condenó Aline Fernandes, de la asociación de Mujeres de Vidigal, otra favela de la zona sur de Rio.

"La policía considera a la población [de la favela] como enemigos. Se ha convertido en una guerra urbana", dijo en el cementerio la madre de Douglas a la AFP.

El secretario de Seguridad de Rio José Mariano Beltrame indicó el miércoles que el bailarín murió de un disparo y no por "una caída" como informó la policía antes. Los 10 oficiales que participaron esa noche de un operativo en la favela Pavao-Pavaozinho son investigados, afirmó.

"Siento ansiedad, tristeza, repulsión, lo mataron, era mi amigo (...) Los responsables van a tener que pagar", dijo Vitoria, una amiga de DG de 17 años, que asistió al entierro del bailarín.


(Fuente: AFP)